miércoles, 2 de febrero de 2011

Definir la "España moderna" - el desafío al torero


El lunes en clase miramos ¿Qué he hecho yo para merecer esto? (1984), la primera película por Almodóvar aclamada por la crítica internacional. Me encantó verla y participar en el su mundo excéntrico. Aunque sea poblado por lo absurdo, la película se acerca a cuestiones esenciales de la sociedad España post-franquista. ¿Cómo España debe ir incorporándose al Europa y al resto del mundo? ¿Es posible construir una España moderna que no transige la singularidad del país?

La película presenta una sociedad española donde ya han fracasado las promesas vacías del consumismo y la modernidad. La abundancia de los aparatos electrodomésticos que llenan el apartamento chico de Gloria y su familia no les hacen la vida más agradable y feliz, sino el opuesto total. Qué he hecho pone en duda los valores de la gran modernización que España experimentó después de un periodo de aislamiento bajo la dictadura de Franco. Considera la pregunta de qué están perdiendo en el esfuerzo ser más Europeo y más “normal”. Este conflicto entre el deseo modernizar y del conservar la cultura particular del país me parece central en el discurso público español.

Esta semana yo encontré una serie de artículos en El público que ejemplifican esta cuestión de la normalidad versus lo auténtico español. Cuentan del corriente reciente en España en contra de la corrida de toros. Mientras que la lidia es un elemento definitivo de la cultura española, muchos la han condenado por ser crueldad animal y demasiado violento para los menores. En 2004 Barcelona se declaró como una ciudad “antitaurina”, y en 2007 se instaló una ley que prohíbe construir cosos nuevos en el región noreste de Catalonia. Hace cuatro años que la televisión estatal no trasmite las corridas en vivo. Un artículo plantea que todo este movimiento tiene como meta impedir que las generaciones menores se enganchen en el deporte.

En tanto que la lidia disfrutó de mucho popularidad durante los 60 hasta los 80, cuando el país se abrió al resto del Europa, las organizaciones de los derechos del animal carrerearon en contra de ella. No obstante, ha sido una reacción en contra de la estigmatización del lidia. En octubre del 2010 el Partido Popular presentó un recurso que pone en duda la constitucionalidad de la prohibición de los toros en Cataluña. Los debates alrededor del torero siguen hoy, y representan una faceta de la crisis de identidad que España contemporánea enfrenta.



Artículos

RTVE se une a la corriente antitaurina y veta las corridas


El PP lleva al Constitucional la prohibición de los toros


Bullfighting is caught on the horns of a national dilemma

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