sábado, 12 de febrero de 2011

lo más extraordinario se encuentre cerquita de ti

"La realidad es una producción de bajo presupuesto que se proyecta todos los días alrededor de nosotros, que para verla no hace falta pagar entrada, sólo saber mirarla. Lo más probable es que lo más extraordinario se encuentre cerquita de ti".
- Fernando León Aranoa, director de cine y guionista español

Fernando León Aranoa logra contar historias de gente desfavorecida que, sin sensacionalizar, señalan unas pistas de lo mítico o lo “cinemática” dentro de la vida de todos los días. Él infunda sus películas con símbolos y metáforas visuales poderosas que tienen un pie en el mundo de la vida diaria y uno en el mundo de lo fantástico. No obstante, hace esto en una manera sutil que no saca sus historias de un mundo "real". En su cortometraje Sirenas, por ejemplo, el símbolo de la sirena representa un juego de palabras. A la vez hace referencia al mito de las sirenas del odisea y carga la vida marítima del abuelo con un aire de épico, y también a algo bastante banal - la sirena de advertencia en el barco que el abuelo no oyó. Cuando el abuelo desaparece al final después de conseguir audífono, ¿es porque finalmente oye a las sirenas del mar? No pienso que Fernando León necesariamente quiere que creamos así, sino que quiere señalar cómo encontramos lo excepcional dentro de lo banal.

Podemos ver otra instancia de símbolos cargados en su película Barrio con el retrato fantástico de la estación de tren fantasma sobre que los tres protagonistas adolescentes suelen discutir. Vuelven a la historia una y otra vez – niegan que la crean, afirman que si es verdad, se burlan uno de otro por tener miedo, imaginan cómo es este lugar mítico. Hablan como los niños hablan del hombre de saco. Así que, sus conversaciones revelan vestigios de la niñez que ya han dejado atrás. Cuando los conocemos en la película, ya se han enfrentado a las realidades del mundo adulto. El sexo, las drogas, la violencia, la pobreza, el desempleo – estos forman parte de su vida cotidiana. Es justamente a través del retrato de la estación fantasma que se cruzan la magia de las supersticiones infantiles y la realidad dura en que viven los tres.

La escena en que finalmente tropezan con la estación fantasma es, como dice el escritor José María Guelbenzu en su artículo sobre la peli, "un momento glorioso, tanto que el resto del film ya no vuelve a alcanzar esa excelencia". Andan asombrados por la gran estación abandonada, que ahora está llena de gente sin techo tratando mantenerse caliente. La vista es realmente impresionante, y aunque señala un problema social muy serio, todavía retiene un elemento de lo fantástico. La yuxtaposición de sus fantasías infantiles con su realidad desoladora que genera este momento hace sus futuros inseguros aun más trágicos.

Parece que Fernando León si "sabe mirar" lo extraordinario de la vida de todos los días, y que esta forma el enfoque fundamental de mucho de su obra.

1 comentario:

  1. Maravillosas observaciones, Jennifer. La combinación de lo aparentemente banal y cotidiano, con la épica y la mitología universal es, en mi opinión, una de las apuestas más interesantes de Fernando León.

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