lunes, 2 de mayo de 2011

Soy Ana.


Ahora ya con la tesis escrita y la defensa terminada puedo mirar mis películas españolas en paz. Y qué bella película miré esta semana pasada. El espíritu de la colmena es considerada una clásica, una de las mejores películas del cine español. Nos presenta la imagen de una familia desintegrada y una niña inocente angustiada como alegoría de España pos-guerra. Como hicieron la película en 1973 en los últimos años de la dictadura franquista, tenían que trabajar bajo la censura, y encontrar un lenguaje sutil y escondido generar su crítica de esta época en la historia española.

La película americana de terror Frankenstein enmarca El espíritu de la colmena y este intertext engendra una yuxtaposición reveladora. La escena introductoria de Frankenstein que vemos cerca del principio de El espíritu juega como una introducción a la película. Esta parece una pista que debemos tomar la historia de Frankenstein y sus mensajes como paralela a la realidad de los personajes a la España del pos-guerra. Podemos leer este señal de un mundo en que la búsqueda de conocimiento es considerado peligroso, que el hombre no debe jugar a Dios (quizá en contra del secularismo de la Republica), y que los que hacen eso están locos. El vínculo entre Frankenstein y la trama de El espíritu les deja a sus creadores decir mucho sin decir directamente.

De hecho, la película recrea una escena de Frankenstein en términos de esta época cuando la niña Ana conoce al fugitivo, que suponemos es un republicano. Él es un “monstruo” hecho por el movimiento republicano, y Ana, como la niña inocente que juega con el monstruo sin saber que debería tener miedo de él, le trata no como otro o un malo pero un ser humano. Qué le matan en la noche afirme el vinculo entre las dos historias. El trauma que experimenta Ana después de este episodio representa una perdida de inocencia y un reconocimiento de la crueldad de su mundo. Pero, a través de este trauma, aunque no puede articularlo, Ana empieza buscar algo más allá de la vida mecánica de la “colmena” en convocar el espíritu del monstruo de Frankenstein.

En la escena final, en un gesto cargado, Ana abre las ventanas (con su rejilla que parece como un panal – ¿está ella escapando de la colmena?), y, con sus ojos cerrados, le llama al espíritu.

No hay comentarios:

Publicar un comentario